4 sept 2009

Para aquellos entre los que cunde el desánimo



Hace tiempo leí en un diario de actualidad económica que para los directivos de las multinacionales norteamericanas el ejercito estadounidense organizaba cursos en West Ponit (la célebre Academia Militar americana).

Me preguntaba por qué, así que lo comenté con un familiar que estudió en la Escuela Naval Militar en España y me contó la siguiente anécdota:


Un día se programó una actividad en la que los alumnos de la Infantería de Marina realizarían, con sus veinte kilos de equipo, una marcha nocturna que al final acabó siendo de 36 horas. Un alumno cayó al suelo sin fuerzas, después de no haber dormido en 24 horas. El brigadier instructor se acercó a él y le ordenó (sin ser muy amable, claro) que se levantara, el alumno tuvo la osadía de pronunciar estas palabras: ¡NO PUEDO!. Aquello encolerizó todavía más al brigadier instructor, lo obligó a levantarse y le dijo: "no te preocupes por eso, cuando no puedas yo lo sabré porque ya no podrás hablar". El tono y aquellas palabras debieron motivar suficientemente a nuestro personaje porque terminó la marcha...y sigue vivo.


Seguramente el alumno comprendió que su límite estaba mucho más allá de donde él creía y así comprendí porqué los directivos van a West Point.


No se debe tener miedo al fracaso, se debe tener miedo a no tener el valor para intentarlo. Se puede hacer mucho más de lo que uno cree, el límite se lo autoimpone uno mismo.

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