8 mar 2011

De cuando la Administración es tu competencia

La última vez que escribí sobre Turismo lo hice sobre el intervencionismo estatal, concretamente el post titulado "Segittur y el Intervencionismo Estatal en Turismo". Desde entonces he seguido las noticias sobre Turismo (ya desde la barrera), aplicando una visión europea pero sin perder la noción de pequeña empresaria, (que lo soy) y  veo como todo, absolutamente todo, sigue igual.

Los pequeños empresarios se encuentran con una Directiva (la Bolkestein), que apenas entienden y creen les perjudicará. Pasado el huracán inicial, ha vuelto la calma. Mientras, los sedientos "ilegales" de extrañas armas buscan su hueco en el mercado, lícito si no fuera porque no entienden de Turismo y aplican soluciones a problemas equivocados. Sinceramente creo que muy pocos han entendido por y para qué de esta Directiva (lo que más me sorprende es que ni la propia Administración lo ha entendido) y cómo podemos demandar a ésta medidas adecuadas para la defensa de nuestros intereses, como empresarios pero también como consumidores, pero siempre desde el lado de la norma.

El nacimiento de la Bolkestein no fue para abrir puertas y que se desregulara el sector turístico, ni cualquier otro afectado, la finalidad era la de abrir mercado, romper barreras físicas, que no legales, y esto además debía ir acompañado con un mayor control de esa apertura. Pero como "Spain is different (still)", que diría un amigo mío, a nuestra Administración se le olvidó esta última parte, la de "guardiana" de la norma, la parte en la que controla que esto que viene "de Europa" sea una realidad. Para disfrutar de un Mercado Único debemos ser capaces de dar la bienvenida a nuestros colegas europeos y nosotros ser lo suficientemente emprendedores como para buscar mercado fuera....pero...efectivamente un alemán y un español no son iguales. El alemán no necesita un "guardián" que le recuerde que debe pagar impuestos, que no tire papeles al suelo, que debe participar en la sociedad civil..., en cambio, y no quisiera yo hacer mella en el carácter español, nuestra conducta ha de ser vigilada y controlada por ese "guardián" necesario en nuestras vidas, porque la picaresca española de nuestro Siglo de Oro parece no haber desaparecido después de tantotiempo...
Súmese además que esa misma picaresca es aprovechada por la propia Administración, madre en la que todos nos queremos ver reflejada, que sabiendo de esa diferenciación española, en lugar de poner esos "guardianes" lo que hace (pícara ella) es quedarse con el rico pastel de la comercialización turística alegando "falta de entendimiento del sector", o con la "noble intención" de ayudar a los pequeños empresarios que no saben como enfrentarse a una Europa globalizada, convirtiéndose así es nuestra propia competencia. Otras veces dice que es el sector el que lo demanda, en cambio no se comunica con él. Sin fronteras, con clientes más exigentes que demandan productos diferenciados, unas asociaciones que no representan más que sus propios intereses, una administración que lo hace todo por el sector pero sin el sector. Es fácil vislumbrar la nueva realidad:

DESCONOCIMIENTO + ILEGALIDAD + NO CONTROL POR PARTE DE LA ADMINISTRACION =  LA ADMINISTRACION CONTROLA EL SECTOR (Por el bien del sector).

Esta Directiva iba acompañada con un paquete de control que debía traducirse en un mayor número de Inspectores que vigilaban y controlaban el cumplimiento de esta nueva Directiva, porque de la transposición de la Directiva de Servicios esperábamos mejor regulación, menores trabas al desarrollo de la actividad, más competencia, más eficiencia en la asignación de recursos y, en consecuencia, mayor crecimiento a medio y largo plazo, mayor competitividad y más empleo, en cambio, nada de eso se ha conseguido. Cito aquí al profesor Enrique Linde Paniagua que en un interesante artículo sobre la Directiva de Servicios pone de manifiesto la paradoja que supone el hecho de que con la globalización económica, en lugar de reducirse, haya aumentado el intervencionismo.

Se adoptó la Directiva, pero no los controles necesarios, y por lo tanto, la transposición, una vez más se transformó en una "trampaposición". La Administración debe ejercer funciones de control y de policía administrativa, no intervenir en la comercialización de ningún tipo de servicio y siempre bajo los principios de interés público, necesidad y proporcionalidad.

Lo más triste de todo es que esto no contribuye a la creación del Mercado Único, todo lo contrario, aparece el intervencionismo estatal y por lo tanto más barreras. Tampoco favorece el desarrollo del empresario emprendedor al matar la iniciativa privada. Nos quedamos con el empresario cohibido, la Administración prepotente y las Asociaciones cómplices....y yo que creo que en Europa no saben de lo que se cuece en España....